Después de lo bien que lo pasamos y el buen rollo vivido en la excursión que realizamos el año pasado en el puente del Primero de Mayo, este año, en la misma fecha, y el mismo equipo de 12 impenitentes viajeros, decidimos repetir experiencia. Esta vez nos fuimos a conocer la región de Los Arribes del Duero, ya que esta zona era inédita para todo el equipo, fué un acierto y todos hemos vuelto encantados. No se por que me dá que en esta fecha se va quedar institucionalizada una excursión de este pelo.
Salimos de Bilbao el jueves 30 a las cinco de la tarde en tres coches, hicimos la ruta, Burgos, Valladolid, Salamanca, Vitigudino. Hinojosa de Duero, Salto de Saucelle, y después de una paradita en el camino y dos confusiones (no muy graves) llegamos a nuestro destino, La Quinta de la Concepción, que es una acogedora Posada Real situada justo encima de la confuencia del rio Huebra con el Duero . A pesar de que llegamos pasadas la diez y media de la noche, después de instalarnos y dejar los bártulos en las habitaciones, nos dieron de cenar estupendamente.
Aunque durante el viaje nos llovió abundantemente en algunos tramos, lo que nos hizo temer que se nos chafaría el finde, el viernes por la mañana amaneció un dia precioso, así que al levantarnos dimos una vuelta para reconocer el territorio. El entorno del hotel es muy bonito, la piscina, los naranjos sobre el rio, el porche, y las dependencias interiores, el salón, la biblioteca y el comedor están decorados de forma exquisita, de modo que la estancia resultó muy agradable.
Asi que después de tomar un buen desayuno y recoger información de la zona, nos fuimos a recorrer los lugares de interés de la comarca.
En primer lugar visitamos el Mirador de Las Janas, en el pueblo de Saucelle, con una extensa vista de parte del espacio natural e interesantes paneles explicativos de los pormenores de la zona.
A continuación fuimos al pueblo de Vilvestre que en su parte alta tiene el Mirador del Duero con bonitas vistas sobre el rio y el Embarcadero de La Barca, de donde salen barquitos que recorren el rio. En sus alrededores se encuentra la ermita de Ntra. Sra. del Castillo y restos de un conjunto rupestre.
Antes de marchar pasamos por su fábrica de quesos de oveja, donde hicimos acopio de una poco de este rico manjar.
De aqui nos dirigimos a Aldeadávila para acercarnos hasta la Playa del Rostro donde sacamos la entradas para el catamarán que realiza el paseo por el Duero hasta las inmediaciones de la presa, como estaba todo lleno nos dieron para el dia siguiente. Como ya era una buena hora, y aprovechando que el entorno está muy bonito, decidimos meterle mano a un reconfortante Pic-Nic.
Después de tomar un café en Aldeadávila, para bajar la comida, pues hay que hacer un paseito de casi 3 Kms. entre ida y vuelta, visitamos el Mirador del Picón de Felipe, que es sencillamente espectacular pues está situado sobre los acantilados de mas de 200 mts sobre el rio, y el Mirador del Fraile que se encuentra justo encima del muro de la presa de Aldeadávila, con una vista impresionante, desde las alturas, de toda su infraestructura y de las moles rocosas, cortadas a pico que le rodean.
Para terminar la jornada, apurando el tiempo, decidimos ir hasta Masueco para visitar el Pozo de los Humos, que es una cascada de considerable altura en el rio Uces, afluente del Duero. Desde el mismo pueblo sale una pista sin asfaltar, pero accesible en coche de unos dos Kms., desde donde se deja el coche hasta el salto, en su parte alta, hay que caminar casi 1 Km. con un marcado desnivel, pero merece la pena el esfuerzo pues el paraje es espectacular, y eso que no había mucha agua.
Hay otro camino desde el pueblo de Pereña, por el que se llega a la parte baja de la cascada, pero ahora su acceso está restringido para no perturbar a las águilas perdiceras que anidan en las inmediaciones.
Después de tantas idas y venidas, tomamos rumbo al hotel, parte del perso nal estaba un poco cansado, tras una tonificante ducha, dimos buena cuenta de la cena, un poco de tertulia, con un traguito, en el salón, y a la piltra.
El sábado, después de desayunar, nos fuimos directamente a Aldeadávila y bajamos a la Playa del Rostro para embarcar en el catamarán, de 100 personas de capacidad, en el que realizamos el paseo por el rio hasta la presa, un recorrido de 11 kms. de ida y otros 11 de vuelta. El trayecto dura 1hora 30 minutos y aunque es un poco "turistada" es interesante, un clásico, algo que no se debe dejar de hacer si se visita esta zona.
Al salir del barco tomamos rumbo a Miranda do Douro , de camino paramos a comer (otro pic-nic) en Fermoselle, está bastante lejos y el viaje se nos hizo un poco largo, pero el pueblo es bonito y merece la pena ser visitado. Está situado en un alto sobre un desfiladero del Duero, quedan vestigios de su antigua muralla y conserva sus puertas, tiene una interesante catedral del siglo XVI y unas bonitas fachadas medievales y sobre todo mucha actividad comercial en sus tiendas.
La vuelta "a casa" la hicimos por tierras portugesas, mas de 100 km. hasta Freixo, y tras visitar el espectacular Mirador de Penedo Durao, cerca de este pueblo pasamos a España por el muro de la presa de Saucelle, muy cerquita del hotel, donde llegamos ávidos de dar cuenta de la cena.
El domingo, ya sin prisa, recogimos nuestras pertenencias y tras tomar el suculento desayuno, emprendimos camino de regreso. Pasado Salamanca nos desviamos hasta Medina del Campo parfa visitar el Castillo de La Mota, concluida la visita, paramos en Tordesillas donde nos tomamos unos verdejos muy ricos y comimos un excelente lechazo. Y desde aquí viaje directo al Bocho, ya que al dia siguiente, para algunos, era dia de escuela.
Para ver mas fotos: Pincha AquiLos Arribes del Duero
martes, 12 de mayo de 2009
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