lunes, 13 de junio de 2011

LISBOA-SANTIAGO (En Bicicleta)





Continuando la linea marcada el pasado año (que rápido ha pasado) de mezcla de deporte, turismo y un poco de espiritualidad, decidimos este año volver al camino de Santiago, pero esta vez por tierras portuguesas. Saliendo de Lisboa y terminando en la Plaza del Obradoiro, en Santiago de Compostela pero realizando "Nuestro Camino Particular" eligiendo las carreteras que discurren lo mas cercano a la costa posible y permitiéndonos alguna licencia de flexibilidad.

Asi que después de programar con antelación las localidades de principo y final de cada etapa, elegir y reservar los hoteles correspondientes, diseñar minuciosamente los recorridos en bici (mapa en ristre), alquilar la furgoneta de apoyo (buscando la mas idónea para nuestras necesidades) y definir el avituallamiento a llevar (ardua labor toda esta, relizada con abnegación), por fin, casi sin darnos cuenta, llegó el momento de ponerse en marcha.

El Jueves día 2 a las 6 de la tarde fuimos pasando los miembros del equipo, Andoni, Juan, Gabri, Asier, y Yo (o sea Pablo) por la lonja, base de operaciones, en Miribilla par dejar preparada toda la impedimenta, maletas, bicis, comida de ruta, repuestos, etc. etc. para cargar el dia siguiente.

El Viernes día 3 , estábamos todos como clavos a las 9 de la mañana en el punto Cero, (lonja de Andoni) para estibar todos los trastos, estando en este proceso, se acercó a despedirnos nuestro buen amigo Txus, componente del grupo del año pasado, que éste, por mas y mas que se le ha insistido no ha habido manera de convencerle para que se uniese al equipo, asi que con ojitos llorosos se quedó en tierra, mientras nosotros a las 10 y cuarto en punto arrancamos camino a la aventura.


Con la canción de "la novia del pescador" (emblema del grupo) en los labios acometimos la ruta por la autopista, Burgos, Valladolid



comida de campaña en el ya conocido enclave de la playa fluvial de Tordesillas, Salamanca





y entarada en Portugal por la frontera de Fuentes de Oñoro y de alli via directa dirección Lisboa. Tras una "leve" pérdida en el itinerario, por fin, llegamos a Estoril, que es donde nos alojamos, a las 8 y cuarto, después de 11 horas de viaje (no he hecho mal la cuenta, lo que pasa es que en Portugal es una hora menos que en España)


Tras realizar el "check-in" e instalarnos en el hotel salimos a toda pastilla a la cercana Cascais donde nos dió tiempo a callejear un poco esta bonita población, con bastante ambiente, degustar una cena para irnos poniendo al corriente de la gastronomía portuguesa, y rapidito a la cama que, aunque somos de Bilbao, el cansancio del viaje se empezaba a notar.

Sábado día 4 programado dia de asueto para dedicarlo a visitar Lisboa. Asi que después de desayunar en el hotel (flojito) nos bajamos a pié hasta la estación de Estoril y cogimos el tren, media hora de trayecto hasta el centro, por alli anduvimos paseando por La Baixa, Plaza del Comercio, la peatonal Rua Augusta y alrededores.


Como no podía ser de otra manera nos montamos en el eléctrico (tranvía) y tomamos dirección al Barrio Alto, ya que en la otra dirección, hacia Graça, iban a tope (por lo del castillo) y no paraban, asi que nos patemos el barrio subiendo hasta los jardines de San Pedro de Alcántara, desde donde hay una buena vista de la ciudad y del Castelo de San Jorge.


De alli cerca sale una especie de tranvía-funicular que baja una pronunciada cuesta hasta la Plaza Restauradores, pero cobraban 5 Euros por la bajada, un recorrido de unos trescientos metros, asi que nos los bajamos andando por una acerita al lado de las vías, como hacen la gran mayoría de los lugareños,
seguimos paseando por la cercana Plaza del Rossio, bajo un calorazo de justicia (41º) visitamos el famoso elevador de Santa Justa (sin subir) y como ya era hora sin mas dilación nos fuimos a comer.
Ibamos a tiro hecho pues nos habian recomendado un restaurante que se llama Regional y que estaba cerquita, y la verdad es que fué una acierto, comimos muy bien y bastante barato.

Después de comer volvimos paseando hasta la estación y cogimos el tren de vuelta, dos disidentes, Asier y Gabri, se volvieron al hotel, que querian darse un baño en la piscina dijeron, el resto nos bajamos en Belem para visitar el monumento a Los Libertadores, la Torre de Belem y Los Jerónimos.

Cuando estábanos en lo mas álgido de la visita, de repente se puso el cielo negro y se preparó una tormenta que nos hizo correr de lo lindo (dos veces) para no empaparnos, pues en un momento cayó "la mundial".


Una vez pasados los dos aguaceros, cortos pero intensos, regresamos al hotel, nos "arreglamos" y ya todo el equipo reunido nos tomamos unas birritas y bajamos a dar una paseo y cenamos en un restaurante que estaba en el paseo marítimo entre Estoril y Cascais.

A partir de aqui se acaba el relajo y comienza el ciclismo, con etapas a "cara de perro".


Domingo dia 5
Pr
imera etapa: Ericeira-Nazaré.

Esta etapa comenzaba con un tramo neutralizado de 40 km. que realizamos en la furgoneta. Salimos de Estoril a las 9 de la mañana con un dia precioso de sol pero al llegar a Sintra nos encontramos con una densa niebla, pensamos que sería pasajera, pero en Mafra continuaba nublado y al llegar a Ericeira, comienzo real del pedaleo, seguia tapado y con un viento bastante fresquito, pero nadie se amilanó, solamente yo porque me tacaba conducir la furgo y hacer de botillero del grupeto.



El personal, con gran entusiasmo cogió sus manguitos, chubasqueros (porsiaca) llenó los bidones, unas barritas y unos geles al bolsillo y carretera y manta.


La etapa va discurriendo por cerca de la costa por sitios muy bonitos con playas preciosas, la carretera bastante buena pero el perfil muy puñetero con constantes subidas y bajadas y mas de un repechón de esos que calientan la orina, seguro que el que mas disfrutó fui yo comodamente sentado en la furgo, sacando fotos y animando a los esforzados de la ruta.

Asi, poco a poco llegamos a Serra d'el Rei, km. 62 de etapa donde se paró en un área de servicio con sus mesitas para hacer el clásico avituallamiento anticiclista, embutido rico rico, jamón, salchichón, bocata de bonito, etc. los frutos secos y barritas, para mejor ocasión.
Aprovechando la parada Andoni decidió dejar la bici y acompañarme en la bici, asi que recogimos los bártulos y arrancamos de nuevo.

Enseguida pasamos por Obidos, que es un pueblo medieval amurallado muy bonito (asi que estaba de bote en bote de visitantes).

Siguiendo la ruta prevista llegamos a Sao Martinho do Porto y entramos a visitar la playa pues es un rincon que merece la pena ver. Aqui nos adelantamos con la furgo hasta Nazaré, final de etapa, para buscar el hotel, que resultó ser un hotelazo fantástico, nuevo y ubicado en un sitio con unas vista espectaculares del pueblo, eso si, habia que subir un cuestorro de manda carallo, con su trozo de pavés y todo, un buen colofón para acabar los 116 km. de etapa, pero era la primera y la gente estaba fresca.


Aunque estaba nublado no nos cortamos ni un pelo y nos dimos un pedazo de baño en la piscina al aire libre antes de bajar al pueblo a dar una vuelta y cenar.



Estos manjares los vimos (varias veces) pero no los catamos, cenamos PASTA que costaba menos pasta y venia mejor p'al cuerpo.





Lunes dia 6 Segunda etapa: Nazaré-Figueira da Foz.

Empezamos esta jornada con un buen desayuno en el hotel a las 8 de la mañana. Después de estibar el equipaje en la furgoneta, esta vez le tocó conducir a Juan, realizamos todos los preparativos pertinentes y salimos en bici desde la puerta del hotel a las 9 de la mañana.

El tiempo no estaba nada bueno, estaba bastante nublado y hacia fresco, anduvimos toda la etapa flirteando con la lluvia, en algún momento incluso llegó a caer un ligerísimo sirimiri, pero no llegamos a mojarnos.

Entramos a ver la playa en Sao Pedro de Moel. La carretera discurre en esta zona por una especie de parque natural entre dunas y pinares, llana, buen firme y sin tráfico, una gozada. Mas adelante paramos en la playa de Pedrogao donde aprovechamos para hacer un ligero avituallamiento

En Monte Redondo (km. 66 de etapa) se volvió a parar para tomar un café y un pastel.
A partir de aqui la carretera ya no es tan buena y el tráfico ya es bastante molesto. A la entrada de Figueira da Foz nos encontramos con un puente altisimo y muy largo, sin arcén y con tráfico de camiones muy intenso y como Juan se habia adelantado con la furgo no nos quedó otra que pasarlo, menos mal que tenia una pequeña acera peatonal, que es la que utilizamos, y asi todo mas de uno las pasó canutas. (En total nos salieron 96 kms.)

Preguntamos por el hotel (Costa da Prata II) y lo encontramos rapidamente pero nos defraudó bastante, ya que para ser tres estrellas era un poco cutre. La verdad es que el pueblo tampoco es gran cosa, eso si, tiene una gran playa, pero como hacía frio no la pudimos catar.

Despues de las duchas y estiramientos de rigor nos fuimos a cenar a un pueblito cercano Buardos, 20 minutos andando por el paseo de la playa. Nos habian recomendado un restaurante y estaba cerrado, pero encontramos otro muy coqueto en el que cenamos de maravilla, igual hasta tuvimos suerte.


Martes dia 7 Tercera etapa: Figueira da Foz-Averio.

El dia, en principio tenia mucho mejor pinta que el dia anterior, estaba mucho mas despejado, pero....... andaba aire. Desayunamos rapidamente y a las nueve ya estabamos pedaleando.
En esta etapa Asier fué el encargado de llevar la furgo.

Elegimos comenzar el recorrido placidamente por el paseo de la playa pasando por Buardos y enseguida !Oh sorpresa! encerrona al canto nos topamos con un "puertecito" de unos 4 km. durillo, con el firme des.....trozado y para mas inri el viento que pegaba duro, por lo menos tenia una cosa positiva, buenas vistas, aunque no se si alguno las disfrutó. Al empezar a bajar, vaya traqueteo, te temblaban hasta los empastes menos mal que a poco mas de un km. en un cruce a la izquierda entramos en una carretera con el suelo en perfectas condiciones !que alivio¡

Al llegar a Quiaios entramos una zona de dunas a la orilla de la playa con una buena carretera solitaria, otra delicia para andar en bici, solo que el fuerte (muy fuerte) viento molestaba mucho, hasta La barra de Mira, donde realizamos el amaiketako, a 44 km. de la salida.


Un sitio precioso, la playa cerquita, un arbolado con mesas y un lago ideal con patos y todo, asi que la parada fué un poco mas larga que lo habitual.

Retomamos de nuevo la marcha con el buche lleno y al llegar a Ilhavo, como la carretera y el tráfico se complicaban, decidimos montarnos en la furgoneta, dando por finalizada la etapa, 73 km. en total. Nos faltabn 7 hasta Aveiro.

Nos alojamos en el hotel Veneza, que por cierto estaba fenomenal, Aveiro tiene una zona, la parte antigua, muy bonita, con unos canales en los que hay una especie de góndolas y le llaman la Venecia portuguesa (de ahí el nombre del hotel).



Después de instalarnos y tomar una reparadora ducha, nos fuimos a dar una paseo por la zona de las playas, que están a unos 8 km. del centro y visitar el pueblo de pescadores de Costanova con sus típicas casas originalmente pintadas a rayas de diferentes colores.

De regreso al centro, una vueltita (corta) por el casco antiguo, unas fotos y a cenar.
Fuimos a un restaurante típico que nos habian recomendado en el hotel, muy acertadamente por cierto, nos metimos un arroz con rape (tamboril que dicen ellos) que no se lo saltaba un gitano, amén de otras muchas cosas de picoteo, postres, incluso algún chupito. Seguidamente una copita en un garito y a la cama a "cicatrizar".

Si es que así no hay manera de bajar ni un gramo, si no todo lo contrario.


Miercoles día 8 Cuarta etapa: Aveiro-Oporto.

Como el tráfico alrededor de Aveiro a estas horas de la mañana es bastante denso, decidimos comenzar la etapa un poco en las afueras de la ciudad, así que, despues de desayunar nos montamos todos en la furgo, conducida hoy por Andoni, y arrancamos.

A unos 10 km. nos montamos en las bicis y empezamos con el pedaleo, al llegar a Estarreja ,en una rotonda, como el itinerario estaba una poco confuso, hubo un conato de pérdida, o sea la furgoneta se fué para un lado y nosotros para otro. El problema no fué muy grave, después de preguntar en una gasolinera y tras un par de llamadas de móvil, en 15 minutos estábamos todos juntos camino de Furadouro, este pueblo tiene una playa muy maja y decidimos hacer una paradita para tomar un refrigerio.


Continuamos la ruta y hasta Esmoriz la carretera de nuevo es una maravilla, dunas, pinares y ni un alma, para nosotros solos.


A partir de aquí de nuevo a sufrir, carretera con firme regular, sin arcén y con bastante tráfico, a la salida de Espinho paramos en el aparcamiento de un supermercado y nos montamos un avituallamiento en toda regla, sandia (recien comprada) incluida.

Tras un cambio de impresiones, vistas las "complicaciones" decidimos por unanimidad dar por finalizada la etapa en este punto, tras 63 km. recorridos y continuar hasta Oporto en la furgoneta, como señores.

Al llegar al hotel de turno (Ipanema Park, 5 estrellas) nos bajamos de la furgo vestidos de ciclistas y un señor con librea roja y gorra de plato nos recibe y nos abre la puerta, llama a unos botones y nos decargan el ejipaje, nos guardan las bicicletas, nos aparcan la furgoneta y nos suben todas las maletas a las habitaciones !una pasada¡

Después de las duchas y relajamientos preceptivos, quedamos para dar una vuelta. Como Oporto es muy grande, el hotel no estaba céntrico, asi que cogimos un tranvía (eléctrico) del año del cólera y por toda la orilla del rio nos llevó hasta el casco histórico, que es bonito pero está muy decadente, hay multitud de casas, calles enteras, en algunos casos que están deshabitadas, constrcciones buenas de hace 100 ó 150 años que se han ido deteriorando y como no hay "tela" para arreglarlas la gente se ha ido a otra parte.
Subimos callejeando hasta la parte alta de la margen derecha del Duero y pasamos a píe por el puente de Eiffel (por donde pasa el metro) a la otra orilla del rio y bajamos hasta la zonas de las bodegas en un telecabina turístico que han hecho nuevo.

Ya que estábamos en la zona "adecuadada" tomamos unos oportos y nos fuimos a cenar. Estuvimos en un restaurante nuevo muy bonito, con una camarera muy simpática, pero la cena no llegó a regular.

Tomamos un par de tragos en dos garitos y a continuación nos fuimos al hotel en taxi, pues estaba lejos y era tarde.


Jueves dia 9 Quinta Etapa: Oporto-Viana do Castelo.


Después de un opíparo desayuno en el hotel, cargamos los bártulos y salimos en la furgoneta (hoy me tocaba conducir a mi) para eludir todo el recorrido urbano y caótico de los alrederores de Oporto, pensábamos recorrer 10 km. a lo sumo y comenzar con el pedaleo, pero nos encontramos con mas de 20 km. de carretera empedrada, pavés puro y duro, así que el personal dijo que nones y hasta Vila do Conde (Km. 26 según el libro de ruta) nadie se montó en la bici.

Como la etapa, con el recorte, no quedó muy larga, 52 km. en total, no se realizó avituallamiento, solo hicimos una pequeña parada para beber algo en Belinho. A partir de aqui yo me adelanté con el vehículo hasta el final de etapa para localizar el hotel donde nos alojábamos y volví en busca del equipo para conducirles a destino.

El hotel, Axis Viana Business, de cuatro estrellas es nuevo y está de cine, llegamos a las 15 H. y tras contarles que no habíamos comido, nos abrieron el comedor para nosotros, pues ya estaba cerrado, el caso es que a las 15,30 nos estábamos poniendo las botas con el bufet.



Una vez recuperadas las fuerzas, subimos los trastos a las habitaciones y despues de instalarnos y descansar un buen rato, nos bajamos al SPA, que era gratis, para terminar de relajarnos en sus instalaciones, sauna, turco, y baño con chorros por doquier.



Después de cambiarnos nos fuimos a conocer el pueblo, que por cierto es muy bonito, y como encima habia un mercado medieval, estaba engalanado y habia bastante ambiente, asi que nos dimos unas vueltas y tomamos unas cervecitas.
Tras dar buena cuenta de unas hermosas lubinas en la cena en un típico restaurante nos volvimos a dormir al hotel.



Viernes dia 10 Sexta etapa: Viana do Castelo-Vigo.

Ultima etapa en bici prevista. Comenzó llevando la furgoneta el amigo Juan. Salimos del hotel despues de desayunar, en abundancia, como siempre, con la intenición de ascender hasta la colina que domina el pueblo de Viana do Castelo, donde se encuentra el templo de Santa Luzia pues nos habian dicho que es digno de visitarse.
Comenzamos la subida mas chulos que la pera, pero desistimos enseguida al ver que la carretera hasta arriba, mas de 3 km. estaba toda adoquinada y no en muy buen estado que digamos, así que, solamente pensando en la bajada, nos dimos media vuelta y nos dirigimos a coger la N-13 hacia las playas del norte rumbo a España.

Esta carretera está muy bien para andar en bici pues está recien asfaltada y atraviesa por unos lugares muy bonitos, ademas no había demasiado tráfico, por aquí si que disfrutamos un buen rato. Hicimos una breve parada para beber algo en Moledo y continuamos hasta las inmediaciones de Sao Pedro da Torre, Km. 53, donde hicimos el avituallamiento de verdad y se cambiaron el turno de conducción Juan con Asier.

Emprendimos de nuevo el pedaleo y salvo el paso por el centro de Valença do Minho (mas adoquines) seguimos disfrutando de una buena carrtera hasta la frontera en Tuy.


A partir de esta localidad se empezó a complicar la cosa, primero cogimos una carretera equivocada y tuvimos que dar la vuelta, luego sin quererlo, nos metimos un tramo por una autovia (que peligro), llegamos a Porriño y tras preguntar en varios lugares y comprobar que lo que nos faltaba hasta Vigo por carreteras generales era bastante confuso, decidimos dar por finalizada la etapa y llegar al hotel en la furgoneta. nos salieron hasta este punto 83 kms. del ala.
El hotel Samil está un poco caduco, pero está encima de la playa por lo que algunos valientes (Juan y Gabri) se fueron a dar un baño, el resto preferimos el agua calentita de la ducha.
A las 8 de la tarde cogimos el autobús y nos fuimos al centro estuvimos dando un paseo y tomando unos aperitivos por el barrio de La Piedra y luego cenamos en un rest. que se llama El Capitán, muy bien por cierto, pero los precios ya no son los de Portugal.


Como al dia siguiente no habia dia que andar en bicicleta nos fuimos a estirar la noche un poquito, estuvimos tomando un cuba en un pub que es una pasada de bonito, parece un museo, tiene hasta un tranvia dentro, se llama Twenty Century Rock.

Mas tarde, ya por la zona de Samil tomamos algo en un sitio con música en directo, y al lado del hotel nos encontramos un local con un congreso de bailes latinos, especie de fiesta donde "nos colamos" y tomamos la espuela y Juan pudo echar unos bailables, de los que tanto domina,para quitar el "sincio".


Sábado dia 11 Traslado: Vigo-Santiago de Compostela.

Este día nos levantamos sin prisa, ya que era de "excursión", desayunamos tranquilamente y nos fuimos a dar una paseo por la playa de Samil y sacar unas fotos para el recuerdo, seguidamente nos montamos en la furgoneta, cogimos la autopista y nos dirigimos para Santiago.


Después de aparcar, indebidamente por cierto, nos fuimos primeramente a la plaza del Obradoiro para recabar el obligado documento gráfico y después a la oficina del peregrino para obtener la Credencial Compostelana acreditativa de nuestra andadura, muy apreciada por algunos, menos mal que no tuvimos que hacer mucha cola.



Tras estos obligados trámites, un par de cervezas por el casco con unos amigos que nos encontramos casualmente y al Monte do Gozo que es donde teníamos el alojamiento.


Nos instalamos en el "Hotel" Ciudad del peregrino, bastante sensillito y después de comer un poco y descansar un rato, bajamos de nuevo a Santiago a dar una vuelta, hacer las compras de rigor para quedar bien con la Family y por supuesto a cenar.


Domingo día 12 Viaje de vuelta: Santiago-Bilbao.

Como todo en la vida este viaje llegó a su fin, así que recogimos los bártulos, estibamos la furgoneta y nos dispusimos a viajer, salimos de Santiago a las 10 de la mañana, algo mas tarde de
lo previsto, ya que tivimos que esperar !yo que sé cuanto tiempo! para recoger unas empanadas que se encargaron el día anterior, y lo "mejor" es que no llegaron.


Elegimos para volver la ruta de Benavente en lugar de la de la costa, paramos en El Padornelo a tomar un café y en Carrión de los Condes a hacer una comida de campaña.


Tras 8 horitas de viaje llegamos todos sanos y salvos, además de contentos, al Bochito y cada mochuelo a su olivo. Ya solo nos queda esperar a ver que nos depara el destino para el año que viene.